silencio... mi mirada atravieza el horizonte y choca contra la ventana, los mosquitos se arremolinan pidiendo posada, una oportunidad, un segundo dentro para no morir. Regreso a la cama, la soledad me espera inerme, fragil, sabe que en cuanto piense en ti tendrá que ir al sillón, a enojarse con tu recuerdo, mientras yo lloró tu ausencia y la tristeza seca mis mejillas
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